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El Ayuntamiento de Sevilla excluye a las entidades de discapacidad del proceso de participación para la regulación de los vehículos de movilidad personal con motor eléctrico de baja potencia

El Ayuntamiento de Sevilla excluye a las entidades de discapacidad del proceso de participación para la regulación de los vehículos de movilidad personal con motor eléctrico de baja potencia

La Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Sevilla (FAMS-COCEMFE Sevilla) aplaude la decisión tomada por el Ayuntamiento de Sevilla de abordar la regulación de los vehículos de movilidad personal con motor eléctrico de baja potencia. Al mismo tiempo, la Federación recuerda que el Ayuntamiento está obligado a velar por la seguridad de las personas y especialmente de las más vulnerables en la vía pública, como son las personas con movilidad reducida.

FAMS-COCEMFE Sevilla denuncia, sin embargo, que el proceso de participación abierto por el Ayuntamiento excluye a las entidades representativas de las personas con discapacidad, a pesar de que son estas personas las más vulnerables ante las situaciones de peligro que crean los vehículos de movilidad personal.

La Federación alerta de que la circulación de estos vehículos por aceras y carriles bicis a nivel, -que en nuestra ciudad son la mayoría- pone en peligro a los peatones, especialmente a aquellos con movilidad reducida o discapacidades sensoriales. Pero también supone un peligro para los propios usuarios de esos dispositivos cuando transitan por vías de circulación rodada, por su escasa visibilidad.

El Ayuntamiento debe considerar en la regulación que va a llevar a cabo, que la proliferación de estos vehículos no se traduzca en un incremento de discapacidades sobrevenidas por causa de accidentes. Igualmente, debe tener presente que ha de prevalecer la seguridad de las personas ante los intereses comerciales.

Desde FAMS-COCEMFE Sevilla se quiere dejar constancia que demasiadas veces los usuarios de de estos vehículos demuestran falta de sensibilidad hacia las personas con movilidad reducida al conducirlos y aparcarlos  por y en cualquier parte, mermando las ya de por sí escasas condiciones de accesibilidad de aceras y espacios peatonales y generando situaciones de riesgo para estas personas.

Se debe evitar el aparcamiento de este tipo de vehículos delante de paradas de autobús o que se ocupen plazas reservadas para movilidad reducida en medios de transporte.

Todo esto afecta igualmente a las personas mayores, que también están siendo perjudicadas por estos comportamientos incívicos y por la falta de regulación y orden en la utilización de estos aparatos.

Por eso, defendiendo el derecho a la libertad de movimiento y apostando por la mejora de la movilidad de las personas, la Federación recuerda que la accesibilidad universal es también un derecho que corresponde a todas las personas y que debe atenderse en toda su amplitud también en la regulación de la circulación y estacionamiento de los vehículos de movilidad personal.