Las entidades socias el proyecto europeo SEED (Semilla) han desarrollado el cuarto encuentro del mismo en Lanciano (Italia), del 27 de junio al 1 de julio, con el objetivo de conocer los servicios de discapacidad, y así definir los puntos fuertes estructurales y organizativos, qué podría mejorar y cómo.
En concreto, en la reunión han participado Istanbul Gelisim University, Lycées Pierre de Coubertin, Consorzio SGS y la Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Sevilla (COCEMFE Sevilla) con un intercambio de experiencias contra la exclusión y la discriminación, eje central de este proyecto.
Así, se ha visitado la Asociación Nacional de Familias de Personas con Discapacidades Psicomotrices, Intelectuales y Relativas ANFFAS Onlus, para conocer su educación estructurada en la que cada aula tiene una función específica y ayuda al alumnado a desarrollar una mayor independencia y autonomía.
Las personas representantes de cada entidad asociada al proyecto también han conocido de cerca una casa piloto familiar, en la que vivirán ocho personas con discapacidad intelectual con cierto grado de autonomía, de forma permanente y con el menor grado de intervención exterior, dotada de tecnología como la domótica.
Asimismo, han visitado el centro socioeducativo integrado para menores con discapacidad con cierto grado de autonomía por debajo de la edad escolar y sus familias en Casalanguida, en el que se le da una gran importancia al tratamiento conjunto del alumnado con la familia.
Además, desde el colegio público local P.D. Pollidori de Fossacesia, el profesorado ha abordado el funcionamiento del sistema educativo italiano y cómo desarrollan su labor en el centro educativo. En este sentido, ha destacado dos figuras específicas para ayudar a las personas con discapacidad durante su etapa educativa. Una de ellas es el profesor de apoyo, que planifica actividades para el alumnado en función de sus características; y la otra es la del asistente educativo, quien diseña el proyecto educativo teniendo en cuenta la mejora de las relaciones afectivas, el desarrollo de competencias lingüísticas y comunicativas, el aumentar la autonomía y el potenciar el desarrollo cognitivo.
El técnico del proyecto, Álvaro Walls, ha calificado la experiencia como “realmente maravillosa. Compartir esos momentos de aprendizaje y diversión nos mostró la gran importancia de la función formativa y humanitaria que se realiza en este tipo de centros”.